El consuelo infinito de pi

0

Un número irracional estaba llorando desconsoladamente en la esquina del pizarrón. Se le acerca el número pi y le dice: «¡Anímate, amigo! Al menos tú tienes una raíz cuadrada exacta, yo ni eso tengo». Dijo el número irracional: «Es que acabo de resolver mis problemas… y ahora no sé qué hacer con tanto número! Para ti es fácil, todo es una repetición sin fin…»