El robot juez del escondite.

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¿Por qué el robot nunca ganaba en el juego de escondite? Porque cada vez que intentaba esconderse, no podía evitar emitir un “bip bip” al detectar problemas de señal en su camuflaje. Algunas veces sus circuitos traseros parpadeaban tanto que era como si tuviera luces de discoteca incorporadas. Al final, decidió ser juez del juego y dejó que los humanos se pelearan por el mejor escondite, mientras él simplemente disfrutaba de una hora de descanso bien merecida.