Un detective está investigando a un ladrón de chistes. Después de días sin encontrar pistas, decide ir a un café para despejarse. Ahí, el mesero le pregunta: «¿Le sirvo el café con azúcar o con pistas?» El detective sonríe y responde: «Con pistas, gracias… pero asegúrate de que sean dulces, llevo días en amargo misterio».