Estaba un pingüino en el aeropuerto, muy confundido. Cuando el oficial le preguntó a dónde iba, respondió: «A las Islas Canarias a por un buen bronceado». El oficial, sorprendido, le dijo: «Pero si eres un pingüino, ¡eso no tiene sentido!» A lo que el pingüino contestó: «Vengo de la Antártida, ¡no busco sentido, busco calor!»