Amor en suspenso y ecuaciones sin solución

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En una biblioteca, un libro de matemáticas se encuentra con una novela romántica y le dice: «¿Cómo te va?». La novela responde: «No muy bien, mi autor me dejó en suspenso». «¡Qué casualidad!», dice el libro de matemáticas, «a mí me dejaron sin solución… y eso que siempre tengo la fórmula del amor!»