Un día, Juan le dice a su amiga Ana: «Creí que mi relación iba en piloto automático y resulta que era más como un triciclo: yo pedaleaba y el amor se caía en cada curva». Ana responde riendo: «¡Tranquilo, que en el amor lo importante es el casco! Porque a veces nos caemos, pero la vida no es tan dura con protección».