¿Por qué el semáforo y el sexo tienen más en común de lo que pensamos? Porque en ambos casos, cuando todo se pone rojo, más vale ir despacio, prestar atención y no olvidarse jamás de cambiar la marcha.
¿Por qué el semáforo y el sexo tienen más en común de lo que pensamos? Porque en ambos casos, cuando todo se pone rojo, más vale ir despacio, prestar atención y no olvidarse jamás de cambiar la marcha.