Un hombre entra a un restaurante tan elegante que el menú ni siquiera tiene precios. Confuso, le pregunta al camarero: «Disculpe, ¿cuánto cuesta el caviar?». El camarero responde: «Depende, ¿con qué tarjeta piensa pagarlo?». El hombre ríe y dice: «¡Con suerte, con la de otro!».