«El amuleto que salvó la paciencia»

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Un hombre supersticioso compró un amuleto antipérdidas para su cartera. Al regresar a casa se dio cuenta de que lo había perdido. Desesperado, fue a reclamar, pero al llegar, el vendedor le dijo: «¡Qué suerte! Si no fuera por el amuleto, podrías haber perdido hasta la paciencia».