Dicen que si caminas debajo de una escalera tendrás mala suerte. Juan pasó uno, dos, hasta tres veces y nada ocurrió. Se encogió de hombros y fue a casa… solo para encontrar a su suegra con maletas. ¡Eso sí que es mala suerte!
Dicen que si caminas debajo de una escalera tendrás mala suerte. Juan pasó uno, dos, hasta tres veces y nada ocurrió. Se encogió de hombros y fue a casa… solo para encontrar a su suegra con maletas. ¡Eso sí que es mala suerte!