Un mago estaba enseñando a sus aprendices el arte de la desaparición. Les dijo: «Hoy aprenderán a hacer desaparecer esta moneda… ¡por arte de magia!». Entonces, con un gesto grandioso, lanzó la moneda al aire y dijo: «¡Abracadabra!». La moneda giró y giró, pero no cayó. Todos buscaron alrededor y nada. De repente, un loro en la esquina exclamó: «¡Espero que no la necesiten para pagar el almuerzo!». Resulta que el loro era el verdadero maestro del truco, ¡y siempre tenía antojos caros!