Un día, dos amigos decidieron escalar una montaña. Uno era muy optimista y el otro, algo pesimista. Al llegar a la cima, el optimista dijo: «¡Mira qué vista tan increíble!» y el pesimista respondió: «Sí, pero ahora tenemos que bajar caminando…» Mientras descendían, cayó una pequeña avalancha de nieve. El optimista gritó: «¡Mira, estamos abriendo nuestro propio camino!» y el pesimista murmuró: «¿No podemos haber pedido un taxi en la cima?»