Un políglota, un lingüista y un traductor entran a un bar lleno de gente hablando todos los idiomas imaginables. El barman pregunta: «¿Qué quieren beber?» El políglota responde: «Algo que hable por sí solo», el lingüista añade: «Algo que tenga buena gramática», y el traductor concluye: «Solo que no tenga doble sentido, ¡por favor!» El barman se ríe y les sirve un café… ¡sin palabras!