¿Por qué el auto fue al terapeuta? Porque no podía dejar su viejo hábito de frenar en seco cada vez que veía una gasolinera. Decía: «Necesito una parada emocional y un lleno de confianza para seguir el camino».
¿Por qué el auto fue al terapeuta? Porque no podía dejar su viejo hábito de frenar en seco cada vez que veía una gasolinera. Decía: «Necesito una parada emocional y un lleno de confianza para seguir el camino».