Eterna juventud y deudas fugitivas

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Dos amigos se encuentran después de mucho tiempo y uno le dice al otro: «¡Amigo, te ves igual de joven que cuando nos conocimos! ¿Cómo lo haces?» El otro responde: «Fácil, nunca maduré. Me quedé con el mismo look de los 15 años». El primero replica: «¿Y qué tal te ha funcionado?». «¡Genial!», dice el amigo, «Hasta mis deudas piensan que sigo siendo un adolescente y no me encuentran».