Un tren nuevo llega a la estación y un pasajero curioso le pregunta al conductor: «¿Este tren es realmente rápido?» El conductor responde: «¡Sí, tan rápido que el revisor revisa los billetes ya con holograma, porque nadie sabe en qué siglo llegaremos!» El pasajero ríe y dice: «¡Espero que al menos la máquina de café sea del futuro, porque del pasado no quiero más sorpresas!»