Un hombre extremadamente supersticioso camina por la calle y ve una escalera apoyada en la pared. Dudando, decide cruzar la calle para evitarla, pero en el proceso se tropieza y cae al suelo. Un transeúnte a su lado le dice: «¡Vaya, parece que también necesitas evitar el suelo!» El hombre se levanta, sacudiéndose el polvo, y responde: «No te preocupes, traje una herradura por si acaso. ¡Ahora sólo necesito aprender a lanzarla antes de caer!»