En una oficina un compañero le dice a otro: «¡Estoy convencido de que nuestro jefe es como un mago!». El otro pregunta: «¿Por qué lo dices?». Responde: «Porque cada vez que entra a la oficina, nuestras ganas de trabajar desaparecen».
En una oficina un compañero le dice a otro: «¡Estoy convencido de que nuestro jefe es como un mago!». El otro pregunta: «¿Por qué lo dices?». Responde: «Porque cada vez que entra a la oficina, nuestras ganas de trabajar desaparecen».