¿Por qué la montaña no quiso hacer de árbitro en el partido de fútbol entre dos volcanes? Porque sabía que si el partido se calentaba demasiado, podría haber una erupción de problemas que no podría apagar ni con todo el agua de un río. Además, le daba vértigo estar en el centro de atención, ¡prefería quedarse con la vista panorámica!