Un té y un café entran a un bar. El té, emocionado, le pide al barman que le prepare una infusión de chismes, mientras que el café pide su habitual dosis de cafeína. De repente, el café mira al té y dice: «¿Sabías que siempre termino la noche tostado, pero tú sueles quedarte en la bolsa?» Y el té, con toda la calma del mundo, responde: «Claro, pero al menos no pierdo la infusión de la realidad». El barman se ríe y dice: «Chicos, no os preocupéis, ¡en este bar todos encuentran el sabor de su vida!»