Un día, un auto eléctrico y uno de gasolina se encontraron en un semáforo. El de gasolina dice: «Mi fuerza es brutal, llego rápido a cualquier lugar». El eléctrico responde: «Sí, pero yo nunca ronco por las noches». ¡El semáforo cambió y ambos se fueron, uno rugiendo y el otro silbando!