En la cena familiar, la abuela dice: «¿Alguien puede pasarme la sal?». El nieto, que es un genio en tecnología, responde: «Claro, abuela, dame un segundo… Alexa, pásale la sal a la abuela». Y el abuelo susurra: «En mis tiempos, la única Alexa que conocíamos era la vecina del tercero».