En una fiesta de disfraces, un hombre llega vestido de semáforo. Una señora le pregunta: «¿Por qué de semáforo?». Él responde: «Para que al verme, todos paren, piensen y digan ‘¡qué creativo!'». Y así pasaron, entre risas, la velada entera, aunque sin saber cuándo avanzar ni parar.
