Un médico estaba tan cansado después de un largo día en el hospital que decidió tomarse una siesta en la sala de urgencias. Un paciente se acercó y lo despertó suavemente. El médico, todavía somnoliento, preguntó: «¿Qué le duele?». El paciente respondió: «Solo quería saber si estaba en buena forma para un autógrafo. ¡Todos aquí hablan de lo bien que resucita muertos de cansancio!».