César y el destino de los pepinillos

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¿Por qué a Julio César no le gustaban los pepinillos en su ensalada? Porque cada vez que entraba al palacio y preguntaba: «¿Qué vine a hacer aquí?», su chef le decía: «¡Vine-a-crear umbrales para conquistar el mundo, no a lidiar con encurtidos!»