Un zombie entra a una biblioteca gritando: «¡Cerebros, cééééérebros!», y el bibliotecario, sin inmutarse, le responde: «Amigo, aquí solo tenemos libros. Pero si quiere, pásese al club de lectura, quizás ahí tenga más suerte. ¡A alguien seguro le sobra un poco de materia gris cuando estamos debatiendo sobre novelas!».