Un día, Mario y Sonic decidieron competir en una carrera para ver quién era el más rápido. Mario, confiado, dijo: «¡Vamos, Sonic, te espero al final del primer nivel!». Sonic sonrió y respondió: «Claro, Mario, pero solo si me alcanzas primero en la vida real; mira que los velocistas no usan hongos, solo zapatillas y un buen desayuno». Mario se quedó pensando y al final ambos optaron por pedido a domicilio. ¡Esa es la verdadera velocidad gamer!