Un día en la oficina, el jefe pregunta: «¿Alguien sabe quién rompió la cafetera?». Todos callan, y entonces Carlos dice: «Yo no fui, pero tal vez preguntándole a ella consigas una pista». Sorprendido, el jefe responde: «¿La cafetera habla?». Carlos contesta: «No, pero últimamente está bastante rota, así que ya está acostumbrada a las confesiones».