¿Por qué Descartes siempre llevaba un espejo a sus charlas? Porque cada vez que alguien le preguntaba si realmente existía, él miraba al espejo y decía: «Pienso, luego me peino… ¡y por eso existo!»
¿Por qué Descartes siempre llevaba un espejo a sus charlas? Porque cada vez que alguien le preguntaba si realmente existía, él miraba al espejo y decía: «Pienso, luego me peino… ¡y por eso existo!»