Un hombre supersticioso entra a una tienda de antigüedades y ve un espejo roto. Asustado, le pregunta al dueño: «¿Siete años de mala suerte, verdad?». El dueño responde: «No te preocupes, tenía un descuento del 80% por la mala energía acumulada. Ahora, son solo 1.4 años de mala suerte.» El hombre, aliviado, dice: «¡Perfecto, lo llevaré! ¡Justo en ese tiempo espero que regrese mi suerte y mi perro que se llevó la vecina!»