En una escuela de idiomas se encuentran un francés, un inglés y un español compitiendo por quién tiene el mejor acento. El francés dice: «Mon accent est très romantique!». El inglés contesta: «My accent is very sophisticated!». Y el español, con una sonrisa pícara, dice: «Mi acento es tan bueno, ¡que me entienden hasta en el karaoke!».