¿Por qué el aguacate se deprimió en la fiesta de la ensalada? Porque cada vez que intentaba mezclarse, el tomate le decía que estaba «muy pasado de moda» y la lechuga lo apartaba diciendo «¡no te pongas tan blando!» Al final, el aguacate decidió convertirse en guacamole, y ahí sí que todos lo quisieron. ¡Qué paladar tan voluble!