«El cirujano del descanso perfecto»

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Un médico tan obsesionado con la puntualidad que cuando operaba a sus pacientes siempre decía: «¡Hora de despertarse!» justo cuando el reloj del quirófano daba las cinco. Un día, el reloj se retrasó, y sus pacientes dijeron que al menos el sueño extra valía la pena, porque hasta en eso recetaba descanso.