Un tren y un vagón de carga iban conversando. El tren dice: «Siempre me llaman para todo, ¿no te molesta que siempre esté ocupado?» El vagón responde: «No, yo cargo con eso. Tú solo sigues la ruta y nos complementamos. ¡Somos el combo perfecto, no nos descarrilemos!» El tren ríe y dice: «¡Tienes razón! Quizás debería dejar de hacer tanto ruido… ¡hablando de pitidos!»