Un director de cine muy exigente decide rodar una escena de acción con un tren. Después de muchos intentos fallidos, le dice al maquinista: «¡Hazlo como en Hollywood: que sople el viento, que ruja el motor!» El maquinista, confundido, responde: «¡Pero aquí sopla el viento y ruge el tren porque está saliendo humo de la máquina!» Sin dudar, el director aplaude y dice: «¡Perfecto! Eso sí que es una toma digna del Oscar… ¡al mejor corto circuito!»