Un día, un gato negro decide cruzarse en el camino de una señora supersticiosa. La mujer, aterrada, decide dar un paso atrás, y el gato, confundido, piensa: «¿Será que por eso me han dicho que el humano trae mala suerte? ¡Siempre que veo uno me paso de largo y nunca me ha pasado nada!»