Un avión estaba aprendiendo a contar chistes y decidió practicar con su copiloto. «¿Cuál es tu idea de un vuelo perfecto?», preguntó el avión. El copiloto respondió: «Uno sin turbulencias». El avión, riendo, comentó: «Entonces mi humor tampoco es perfecto, ¡porque llevo un par de turbulencias en cada despegue!»