¿Por qué el libro de matemáticas estaba siempre triste? Porque tenía demasiados problemas. Pero un día decidió ir al terapeuta, y el terapeuta, que también era matemático, le dijo: «No te preocupes, cada problema tiene solución… ¡excepto los que solo se simplifican!» Así que, desde ese día, el libro decidió dejar de preocuparse y solo se enfocó en encontrar su sección favorita… ¡los números divertidos!