En un hospital, el doctor le dice al paciente: «Tengo buenas y malas noticias. ¿Por cuál quiere empezar?» El paciente responde: «Por la buena». El doctor dice: «Siempre quise ser mago…». El paciente, asustado, pide escuchar la mala: «Voy a desaparecer de aquí ahora mismo porque me equivoqué de paciente…».