¿Por qué el metrónomo nunca fue a una fiesta de música? Porque siempre marcaba el compás, pero nunca pudo llevar el ritmo de la conversación. Siempre terminaba diciendo: «¡Clic, clic!», y nadie lo entendía.
¿Por qué el metrónomo nunca fue a una fiesta de música? Porque siempre marcaba el compás, pero nunca pudo llevar el ritmo de la conversación. Siempre terminaba diciendo: «¡Clic, clic!», y nadie lo entendía.