En una reunión de amigos, uno dice: «¡Compré un perro que habla!». Todos incrédulos, le piden una demostración. El amigo le dice al perro: «¿Qué cubre el techo?». El perro responde: «Tejas». Y el amigo dice: «¿Vieron? Sabe reconocerse». Los amigos enojados exclaman: «¡Eso no es hablar!». Y el perro les susurra: «Tampoco tratar de entender chistes malos».