En un partido de fútbol, el entrenador le grita al portero: «¡Sé más dinámico, ponte más las pilas!». El portero responde con una sonrisa: «Claro, míster, ¡déjeme solo que salgo a comprar unas al supermercado!» Mientras tanto, en el estadio, el equipo contrario anota un gol desde medio campo. El entrenador suspira: «Bueno, al menos es un cliente responsable».