Había una vez un programador que decidió ir a una isla desierta a buscar inspiración para su nuevo proyecto. Se llevó sólo una computadora y su editor de texto favorito. Después de días y días sin suerte, exclamó: «¡Funcionaría si hubiera una red aquí!» Y la Wi-Fi contestó: «Lo siento, estoy en modo avión. ¡Intenta de nuevo al retomar el vuelo!»