Un día, un gato negro, una escalera y un espejo roto están en un bar, discutiendo quién es más temido. El espejo dice: «Yo doy siete años de mala suerte». El gato se ríe: «Eso no es nada; yo ni siquiera me esfuerzo». La escalera responde: «¡Todos me evitan a mí!». En eso entra un salero y todos huyen despavoridos: «¡Ese está armado!».