En la reunión familiar, el abuelo se levantó con su bastón y dijo: «Hoy quiero contarles el secreto para un matrimonio feliz… pero primero, ¿dónde está mi esposa?» A lo que todos respondieron: «¡Abuelo, tú viniste solo!» Él se rascó la cabeza y exclamó: «¡Con razón ha sido tan feliz todo este tiempo!»