Había una vez un número 6 que estaba deprimido. Llega el número 8 y le pregunta: «¿Qué te pasa?». El 6 responde: «Es que nadie me considera especial». El 8, con una sonrisa, dice: «¡No te preocupes! ¡Solo necesitas estar un poco más recto y serás un infinito!».