¿Por qué el robot no podía dejar de contar chistes de electricidad? Porque cada vez que lo intentaba, su humor se cortocircuitaba, y su programador le decía: «¡Resiste un voltio más, ya casi encuentras el punto de chispa!»
¿Por qué el robot no podía dejar de contar chistes de electricidad? Porque cada vez que lo intentaba, su humor se cortocircuitaba, y su programador le decía: «¡Resiste un voltio más, ya casi encuentras el punto de chispa!»