¿Por qué las montañas nunca cuentan chistes? Porque su humor es muy elevado y nadie lo entiende. Una vez lo intentaron y el eco dijo: «¡Repite, no escuché!», pero la montaña respondió: «No, no, el chiste ya tiene demasiadas elevaciones». ¡Los valles abajo nunca paran de reír con eso!