Jaimito entra a la farmacia y dice: “Quisiera un kilo de aspirinas, por favor”. La farmacéutica, sorprendida, le pregunta: “¿Tantas aspirinas?”. Jaimito responde: “Es que mi abuela dijo que tenía un dolor en el bolsillo que sólo el dinero cura, ¡y quiero probar a ver si esto también funciona!”.