Mi abuela siempre decía que sus hijos eran como sus telenovelas: cuando uno terminaba, ¡empezaba otro! Un día le pregunté si era su héroe. «No,» me respondió, «¡soy su productora ejecutiva!»
Mi abuela siempre decía que sus hijos eran como sus telenovelas: cuando uno terminaba, ¡empezaba otro! Un día le pregunté si era su héroe. «No,» me respondió, «¡soy su productora ejecutiva!»